domingo, 27 de julio de 2014

Don Tarugo y Pepo

En el año 1954 Pepo llevaba ya cuatro años de publicación semanal de la tira Condorito en la revista Okey, al mismo tiempo que desarrollaba trabajos en otras publicaciones, por ejemplo en Pobre Diablo.



Ese mismo año crea un segundo personaje para la revista Okey, nos referimos a Don Tarugo y su familia.  También aquí el humor está basado en situaciones cotidianas del diario vivir de cualquier familia chilena, pero en un ámbito más de familia de clase media.


La tira se anuncia en la revista Okey número 221, y ya desde el ejemplar de la semana siguiente comienza a aparecer semanalmente las aventuras de este achatado Tarugo y su muy Tremebunda esposa. En el ejemplar  233 de fecha 9 de febrero de 1954, sale el personaje en portada, y continúa sus aventuras por varios meses más.

Sin embargo es la popularidad de Condorito la que sigue implacable, y a Pepo le sugieren la idea de sacar un volumen especial dedicado únicamente a sus aventuras.  Así en 1955 sale a la venta el primer ejemplar de la que sería un éxito imparable, y que cruzó fronteras, aumentando paulatinamente su periodicidad desde un ejemplar al año, a dos, luego a cuatro, y así en un crescendo que se mantiene hasta hoy.



Este mismo éxito del “pajarraco” dejo al estimado Tarugo algo perdido en el tiempo, y por eso hemos querido recuperarlo hoy en esta entrada.

miércoles, 16 de julio de 2014

Curiosidades de la Edad de Oro en Zig Zag

Durante los años que Zig-Zag publicó revistas de comics en los años sesenta, se usaron variadas formas para fidelizar a los lectores, algunas de las cuales pueden resultar curiosas, o desconocidas, por lo que hoy veremos algunas de ellas.

Cuando en 1966 lanzó las tres revistas dedicadas a temas bélicos (fundamentalmente de la segunda guerra mundial) y que revisamos con algún detalle en  una otra entrada anterior, tituladas U-2, Trinchera y SOS, incluyó en los primeros números de U-2, dedicada a las acciones aéreas,  trabajos del dibujante Máximo Carvajal, donde él pudo desplegar parte de su mayor afición, dibujando aviones en una serie destinada a ser una especie de naipes coleccionables.  Para ello la hoja de la contratapa contenía cuatro naipes cada una, que contenían el dibujo de un modelo de avión, según puede verse en las muestras a continuación.



   


Dado el éxito permanente de las revistas con los personajes de Disney, cuya gran cantidad de títulos y periodicidad hizo que el periodista Jose Perez Cartes señalara que salía una revista nueva cada día de la semana. Y aprovechando además la presencia en programas dominicales de Televisión –con los varios shows exhibidos en Disneylandia-, llevo a Zig-Zag a lanzar un Club Disneylandia, cuyos beneficios nunca fueron demasiado claros.  Lo que si resulta claro es que se buscaba generar competencia entre los mismos lectores, y que desearan obtener en cada oportunidad un grado mayor.  Para lograrlo era menester juntar un total de 500 puntos, y en cada revista venían 15. Se tenían siete grados que se podían obtener, luego de hacerse miembro.  Yo cuando niño recuerdo haber visto algún pin metálico que se obtenía en cada grado.

  

    


En esos años existía muy expandida la costumbre de los locales de cambio de revistas.  Un lugar donde llevando una cierta cantidad de estas publicaciones, y abonando un monto fijo por cada ejemplar, se podía cambiar esas revistas por otras en mismo número. De esta forma, y sin tener que comprar otro ejemplar, podía leerse publicaciones distintas. Para combatir ese fenómeno la editorial Zig-Zag buscó varias opciones. En algún momento con la revista El Jinete Fantasma ofreció un banderín a cambio de tres ejemplares de la publicación, como puede verse en la publicidad a continuación.  Nuevamente, eso sí, el centralismo juega en contra, dado que el canje solo podía hacerse en oficinas en Santiago, descartando  todo el resto del país de esa posibilidad.